Aios!
Ayer lunes, en la mañana, recibí la noticia de que el señor Rivas había fallecido. Quien es este tipo se preguntarán ustedes... el fue Hernán Rivas Pincohet, mi profe de historia de Chile durante la enseñanza media.
No tenía idea, o ya se me había olvidado, que su segundo apellido era Pinochet... cosa curiosa porque siempre estuvo lejos de ser como el otrora "caballero". Todo lo contrario, fue un gran profesor, un gran guía para todos quienes tuvimos la fortuna de ser sus alumnos.
Aún recuerdo la última vez que nos vimos, antes de venirme a Conce en el patio central del colegio. No sé si esa vez habrá recordado que fui su alumna (en 30 años ha tenido miles!), pero ahí me contó que estaba de vicerector. Algo extraño en un colegio gringo, donde las máximas autoridades, por tradición, debían ser ingleses.
Sin embargo, se lo merecía. Una persona de una sabiduría extrema, cercana a sus alumnos y lo que era su esencia... no necesitaba de gritos o palabras duras para hacer entender o poner en regla a sus alumnos. Cálido y sencillo, fue un oasis en el colegio.
Sin duda, esta partida tan repentina, es una gran pena para quienes compartimos con él en las frias viejas salas del departamento de Ciencias Sociales del edificio John Jackson, donde compartió con otros imborrables profes: Estuardo, miss Margarita, sra. Thelma Kesller y otro profe de economía que no me acuerdo pero que hablaba de la "gallá" en sus clases.
Lamentablemente uno se viene de acordar de personas inolvidable cuando mueren... en fin, este fue un pequeño homenaje a mi profe.
Ayer lunes, en la mañana, recibí la noticia de que el señor Rivas había fallecido. Quien es este tipo se preguntarán ustedes... el fue Hernán Rivas Pincohet, mi profe de historia de Chile durante la enseñanza media.
No tenía idea, o ya se me había olvidado, que su segundo apellido era Pinochet... cosa curiosa porque siempre estuvo lejos de ser como el otrora "caballero". Todo lo contrario, fue un gran profesor, un gran guía para todos quienes tuvimos la fortuna de ser sus alumnos.
Aún recuerdo la última vez que nos vimos, antes de venirme a Conce en el patio central del colegio. No sé si esa vez habrá recordado que fui su alumna (en 30 años ha tenido miles!), pero ahí me contó que estaba de vicerector. Algo extraño en un colegio gringo, donde las máximas autoridades, por tradición, debían ser ingleses.
Sin embargo, se lo merecía. Una persona de una sabiduría extrema, cercana a sus alumnos y lo que era su esencia... no necesitaba de gritos o palabras duras para hacer entender o poner en regla a sus alumnos. Cálido y sencillo, fue un oasis en el colegio.
Sin duda, esta partida tan repentina, es una gran pena para quienes compartimos con él en las frias viejas salas del departamento de Ciencias Sociales del edificio John Jackson, donde compartió con otros imborrables profes: Estuardo, miss Margarita, sra. Thelma Kesller y otro profe de economía que no me acuerdo pero que hablaba de la "gallá" en sus clases.
Lamentablemente uno se viene de acordar de personas inolvidable cuando mueren... en fin, este fue un pequeño homenaje a mi profe.