Luchis y cía

Mi barrio parece pueblo. Las calles están llenas de tierra y cada vez que pasa un auto, se levanta un polvareda tremenda... en fin, parece que este fin de semana se viene de nuevo la lluvia. Ojalá que esta vez no quede la embarradita... ¿saben qué hizo mi mamá el sábado pasado que llovía, como dice ella, "que se las pelaba"? Se puso a regar!!! Según ella con la intención de que el barro no se quedara pegado en el pasto, porque si se quedaba el barro pegado, el pasto se iba a quemar... ¿ahora entienden porque hubo gente anegada?
Así que espero que no llueva, porque el fin de semana me quedé obligadamente en la casa, lo que fue ultra fome y lo único que hice fue dar jugo: dormí mucho, vi una película ñoña y mamona sobre la primera guerra mundial, terminé además un capítulo de la tesis y de descasetear al cura Oreilly (enough!!!!!!!). También bajé mucha música romántica y de gusto general. O sea, tipo Luis Miguel, Maná, Fabulosos Cadillacs yyyyyy sé que se van a morir, de un tipo argentino que se llama "Alex Fernando" que canta una canción re bonita y que no es tan ñoña... canta sobre el amor incondicional.
Aquel sábado del demonio, también fue acompañado por una escaséz de comida, porque además del alimento diétetico fome que se albergaba en mi casa, el sábado se necesitaba un bote para salir.
Con todos estos ingredientes, me dio por meditar bastante sobre mi y de quienes me rodean, me encontré con la sorpresa de que si el agua en ese momento subiera hasta mi pieza al punto de ahogarme, no me arrepentía de casi nada... salvo por unas cosillas que aún no terminan de resolverse... lo que hace la lluvia... pensar tonteras no más.

"Contigo aprendí que existen nuevas y mejores emociones, contigo aprendí a conocer un mundo nuevo de ilusiones, aprendí que la semana tiene más de 7 días".