
Al güen vecino. En estos días en que estuve postrada en mi cama - literalmente no me podía mover - descubrí las bondades de mis vecinos. Al lado izquierdo de mi casa tengo a un matrimonio con sus tres hijos, dos de los cuales están en plena adolescencia. El otro, aun es un niño. Pero ¡pucha que hacen ruido!... o es la pelolita y sus gritos...